24 nov 2012

Rectificación de hechos


Pues nada. Sucede que la publicación de mi último texto en esta atalaya de pendejadas y asuntos sin importancia ha levantado la ceja de más de uno de mis dos asiduos lectores provocando extrañeza, no sé si por mi muy oxidado estilo narrativo, o por el contenido del relato.

En el primer caso, perdonadme ortodoxos. Yo que más quisiera que poseer una técnica fluida. Pero no soy profesional. Escribo a lo lírico.

En el segundo caso, no hay nada qué leer entrelíneas. No es un desahogo, no es una confesión, ni tampoco una proyección. Sencillamente se me ocurrió jugar un poco con esos elementos motivado más o menos por un texto que leí acerca de la existencia de las dimensiones paralelas y la hipotética expansión del Universo.

Sé que el resultado, es decir, mi texto, es bastante piñaton. Pero quería hacerlo, a ver qué resultaba.

Y resultó.

Agradezco a quienes se toman el tiempo menesteroso en leerme y por eso pensé que sería demasiado aburrido atosigarlos con alguna fumada política, teológica o pseudofilosófica.
De vez en vez hay que escribir algo diferente.

Por lo demás, y a propósito de escribir, ya superé la cantidad de textos escritos en el 2011, lo cual es un sano indicio de que mi racha de buena voluntad para retomar mis vomitadas textuales ha sido muy prolongada durante este año.

Ya en los próximos días escribiré un poco sobre un tema que entre sorna y no, da para detenerse a pensar un rato: el final del mundo.

¿Qué haríamos si realmente el mundo acabara algún día preciso? ¿Cómo sería ese último día sobre la Tierra? ¿Qué pensaríamos? ¿Cómo nos sentiríamos? Son preguntas que tal vez nunca nos hemos planteado en serio, o tal vez lo hemos hecho en lo individual y en la intimidad, si es que tenemos tendencias suicidas, en cuyo caso la noción del final de la existencia es precisamente eso, un final individual.

Pero tal vez la perspectiva cambia si se piensa el tema en términos colectivos. El mundo es un artificio humano, hecho por la colectividad; por tanto, uno pensaría que su final sería una preocupación de todos.

En tanto encuentro el tiempo para poder escribir acerca del tema, doy aquí una señal más de vida y de ganas de continuar escribiendo.

Un saludo para todos los que me leen. 

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