22 jun 2009

En defensa de la política I de V

En las últimas décadas ha sido común en México observar la formación de movimientos sociales de corte cívico en los meses previos a un proceso electoral.

Muchos de esos movimientos han sido clave en el proceso de democratización de la política nacional, es decir, ése proceso mediante el cual nuevos partidos y liderazgos políticos se fueron incorporando a la escena pública a través de mecanismos cada vez más equitativos y confiables de competencia electoral.

En 1988, por ejemplo, el Frente Democrático Nacional creado por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, fue crucial para la creación posterior del PRD –partido que logró reunir a las diferentes vertientes de izquierda en un mismo espacio y proyecto político-ideológico. Pero más importante aún, el FDN de Cárdenas contribuyó a impulsar una serie de reformas a las leyes electorales que dieron origen al IFE.

En 1994 surgió el movimiento zapatista, que llamó la atención hacia las paupérrimas condiciones de vida de las distintas etnias indígenas del país y que después se diluyó en una aventura poético-cómico-mágico-musical, protagonizada por el profesor Guillen Vicente, alias el “subcomandante Marcos” y una bola de altermundistas católicos y apestosos que escribían unos ensayos infumables. En 2000 surgió el movimiento del voto útil, que consistió en promover el voto a favor del candidato opositor al PRI con más probabilidades de disputarle la Presidencia de la República, que en ésa ocasión y para desgracia de todo el país, fue Vicente Fox Quesada.

Reconozco con humildad y mucha vergüenza que caí burdamente en el razonamiento del voto útil y sufragué a favor de Fox; sólo espero que algún día la patria pueda perdonarme y comprenda que se trató de un pueril pecado de juventud. Tenía yo 18 años cumplidos, recién había entrado a la universidad y estaba en el tránsito de conversión desde un pseudomarxistastalinistaleninistamaoístaborreguistasocialdemocratista, hacia un cretinistaanarcoincoformistaarrogantosoypayaso. Así que no sabía lo que hacía.

Ahora, en 2009 ha surgido un nuevo movimiento social de corte cívico que pretende que quienes están en edad de votar, cuentan con credencial de elector, están en lista nominal y tienen pensado acudir a las urnas el próximo 5 de julio, o sea, como 30 de 106 millones de mexicanos, lo hagan; pero anulando la boleta electoral.

Se trata del movimiento del voto nulo que tanto alboroto ha causado entre la intelectulidad y la clase política.

1 comentario:

M.S. dijo...

Dr. House, leí la segunda parte de su texto ése en el que se queja de la vida. Veo que sigue en su pose de "pinches mortales pendejos, mírenme cómo levito por encima de ustedes".

Ese es su problema, pero yo no le compro su imagen; como si no conociera sus aventuras.

Lo que me sorprende es que con todo tiene su club de fans.

Y por lo que ha escrito en este post, ojalá que no lo lea un zapatista, de lo contrario lo van a crucificar por andar diciendo son "católicos apestosos".

En fin, cuídese Dr. House y aquí seguiré leyendo sus textos.

Lo noto más crítico y más, cómo decirlo... despierto, creo.

Como sea, por aquí andaré.

Mauro